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Prejuicios

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Él pasa horas frente al espejo. Quienes no lo conocen concluyen que es un tremendo narcisista. En cambio, sus familiares, todos vampiros como él, saben que sólo es un simple e inofensivo esquizofrénico.

Cumplir tu sueño es el sueño que quiero cumplir

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Ha llegado el día. En cuarenta y ocho minutos por fin nos vamos a ver. En cuarenta y ocho minutos por fin voy a quedar para siempre en tu corazón. En cuarenta y ocho minutos por fin vas a saber cuánto significás para mí. 
Hoy falté al colegio para preparar hasta el último detalle. Me desperté a las siete de la mañana, me bañé, me vestí con la camisa, el jean, los zapatos y hasta las medias y el calzoncillo que usé en aquel cumpleaños en el que bailamos un tema y en el que me dijiste ¿qué te pasó que hoy te vestiste bien? Me perfumé con CK One, que sé que te derrite, y salí a comprarte un ramo de rosas teñidas de celeste. Después volví, escribí la carta que voy a darte en unos instantes y salí. Pasé por la farmacia y enfilé para el punto de encuentro que acordaste conmigo sin saberlo. 
Sos siempre la primera en salir de la escuela. Es parte de la construcción que has ido haciendo de tu carisma. Falta un minuto para que suene el timbre, siempre tan exacto, y un minuto y veinte segundos para que salgás. Un minuto, treinta segundos, quince. Saco la jeringa. Con pericia casi profesional me incrusto la aguja en la vena del brazo y me meto quince milímetros cúbicos de aire. Ahí venís. Ya escucho tu voz. En tu diario íntimo que robé la semana pasada de tu mochila, escribiste que tu sueño es encontrarte un día a la salida del colegio con un chico que lleve una carta de amor para vos en una mano y un ramo de rosas celestes en la otra y que, delante de todo el mundo, caiga muerto de amor a tus pies.

El nombre funda

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Decidieron ponerle a la banda un nombre nuevo, un rejunte de letras que no tuviera un significado. Después de varias horas de debate, uno de ellos propuso “Sísifo”. A todos les resultó buena onda y fue el elegido. 
Todavía no se explican cómo fue que firmaron sin chistar ese contrato que los obliga a tocar todas las noches los mismos temas, en el mismo bar y ante las mismas personas sin cobrar ni un peso por ello.

Triángulo de Möbius

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Ella sueña que lo ve a él intentando reconquistar a su ex. No puede acercarse y darle vuelta la cara de una cachetada como quisiera. Desespera. Despierta. Lo ve dormir inmerso en una sonrisa. Le da un codazo en las costillas, se da vuelta y vuelve a entrar en terreno onírico. 
Él, que soñaba reconquistar a su ex, siente, aún en el sueño, el golpe. Sabe que no hay nadie alrededor de ellos dos, sabe que no fue nadie allí presente. Siente culpa. Se aleja sin dar explicaciones. La ex, entonces, también toma distancia pero le manda un mensaje de texto que dice no creas que no me di cuenta. 
Él despierta con una angustia extraña. A su lado, ella no respira y tiene un cuchillo atravesado entre las costillas. El hombre ahoga un grito y corre a buscar el teléfono. En la cocina, su ex, mientras revuelve una taza de café, le alcanza el teléfono y le dice buen día.

Diluvio y génesis

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Pero el Señor se equivocó cuando pensó que, por ser de una misma especie, las parejas se atraerían entre sí y sólo entre sí. Inmensa fue su sorpresa cuando, pocos meses después de terminado el diluvio, vio nacer minotauros, sirenas, pegasos, grifos, centauros, esfinges, sátiros, unicornios, ornitorrincos...

Selección natural

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Existió un bicho bolita claustrofóbico. No duró mucho.

El río vuelve siempre a su cauce

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Se conocieron en la clínica de tratamiento de parafilias y el flechazo fue inmediato. 
Ninguno de los internos ni de los profesionales que allí trabajaban olvidará jamás los gritos que proferían por las noches el vampiro y la sirena en la pileta del establecimiento.

El horror en las siestas

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Era desgarrador oír cómo les pegaban a esos niños. Era insufrible despertarse de la siesta oyendo los cachetazos y los gritos. Más terrible aún era la angustia de no saber qué hacer en pos de que la situación se solucionara de una vez: si hablar con mi vecino e intentar convencerlo por las buenas o si recurrir directamente a la policía. Por otra parte, ante cualquiera de las dos alternativas, temía por mi integridad: si era así de violento con sus hijos, por qué no iba a serlo con su vecino, mucho más viejo y menos vigoroso que él. 
Al fin, tomé coraje y hablé con el hombre. Él entendió mi planteo y hasta se mostró agradecido de que hubiera ido a hablarle, de que le hubiera mostrado alternativas que él no consideraba hasta el momento. 
Ahora me siento en paz: desde aquél día en que conversamos, mi vecino ya no les pega a sus hijos en las siestas, sino por las mañanas, mientras yo trabajo. Y, según me ha comentado mi esposa, cuando lo hace pone la música tan fuerte que casi ni se oye el lío.

Escenario de juego

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Paloma, paloma, el que no se escondió, se embroma, digo y salgo a buscarlos. Si no los encuentro, pierdo el trabajo. 
Agazapado, pegado a las paredes, me dirijo hacia el pabellón 3. Apenas entro, uno de los presos me pone un arma en la cabeza y me toma de rehén. 
Entonces, grita piedra libre para todos mis cumpas. Uno a uno, van saliendo de sus escondites, van saliendo a la calle. Uno a uno se van librando.

Buena pero no tonta

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Dédalo, enamorado, ingenioso y rebuscado, se disfrazó de toro y montó a la vaca de madera. Pasífae, amiga generosa, se dio cuenta inmediatamente de lo que estaba sucediendo pero no se quejó. Tampoco volvió a pedirle favores al artesano.

Hable con ella

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Mamá me explica que esos ruidos que escucho por las noches son las almas de mis abuelos, que me protegen. Papá, en cambio, me dice que debe ser el viento. 
Cuando le comento lo que dice mamá, papá se enoja y me grita que no puede ser, que mi madre no podría decirme eso. Yo no entiendo cómo puede estar tan seguro, si hace años que no habla con ella. 
Desde que la enterramos, mamá sólo me visita a mí.

Destino cruel

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La escritora y el cuentacuentos decidieron ponerle a su primera hija un nombre simbólico, que le señalara a la niña un camino. Pero Scherezade nació muda.

Ad aeternum

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Por sus crímenes aberrantes, lo condenaron a prisión perpetua. Años después, falleció en su celda. 
Cuando resucitó, los barrotes seguían allí.

Una vez más

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Soy un elegido porque, como los de mi especie, puedo hacer borrón y cuenta nueva en mi existencia, dejó escrito el loco que se creía gato antes de suicidarse por tercera vez.

Miguel de Cervantes Saavedra

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El editor quedó fascinado con la novela pero, como condición para publicarla, le exigió a la autora usar un pseudónimo masculino, argumentando que los lectores no se interesarían por un libro escrito por una mujer. Dulcinea del Toboso, entonces, firmó el libro con el primer nombre que se le ocurrió.

Desayuno

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- Y esta mañana, como siempre, la muy hija de puta bajó del techo y se metió por la ventana mientras yo desayunaba. Esta vez, traía en la boca una paloma degollada que todavía movía las alas espasmódicamente. Me dio tanta impresión... 
- Y... los gatos de por sí son cazadores. Y las gatas más todavía. 
- Ojalá te estuviera hablando de mi gata.

Dolores fantasma

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Son terribles los dolores fantasma. Desde la amputación, cada día me duele, me pica, me arde tu cuerpo.

Game over

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Él dejó escapar un gemido y su rostro reflejó el placer que lo sacudía por dentro. Entonces, ella dejó de golpearlo. Lo desató, le ordenó que se vistiera y, profundamente decepcionada, lo echó de su casa.

Final

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Profe, se está macheteando, gritó un alumno señalando a un compañero. Ya sabés que no me gustan los botones, le contestó la docente sin levantar la vista de la tablet. Y al que vuelva a hablar le quito la hoja, agregó. 
El acusado apoyó suavemente el machete en el suelo y dejó que la sangre fluyera. Sus compañeros siguieron escribiendo en silencio.

Amores que matan

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El león desobedece. Salta y la ataca. El público, sorprendido, no alcanza a entender si eso es o no parte del acto. Algunos aplauden tímidamente. Los niños gritan horrorizados. El animal se prende con fuerza del cuello de la mujer hasta dejarla exánime, tendida en el suelo. 
No fue correspondido el amor de la domadora zoofílica.
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